capilla para tontos
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La finalidad fundamental de los miembros de las órdenes y congregaciones es salvar su propia alma y ser ejemplo salvífico para toda la sociedad con su pobreza, castidad y obediencia, vividas conforme al carisma específico de la constitución de cada orden o congregación.
Aunque en algunos grandes principios pueda acontecer algún consenso de opinión sobre lo que es bueno y lo que es malo, aun Figuraí, es inalcanzable ganar un acuerdo en la aplicación de esos principios a hechos concretos. En asuntos de importancia praxis tales como son, por ejemplo, las cuestiones de la propiedad privada, el boda, y la autodeterminación, las opiniones más divergentes son defendidas por pensadores de gran capacidad. En medio de todos estos cuestionamientos, la voz inequívoca de la Iglesia da confianza a sus hijos de estar siguiendo el camino correcto, y de no haberse extraviado por alguna especiosa falacia. Los diversos modos en que la Iglesia ejercita este don, y las prerrogativas de la Santa Sede respecto a la infalibilidad, se discuten en el artículo infalibilidad.
La unión de naciones diferentes en una sociedad es contraria a las inclinaciones naturales de la humanidad caída. Ésta debe siempre batallar contra los impulsos del orgullo Doméstico, el deseo de una completa independencia, o el desagrado del control extranjero. De ahí que la historia proporcione diversos casos en los que estas pasiones han conseguido obtener, se ha roto el trampa de unidad, y se han constituido “Iglesias Nacionales”. En todos estos casos, la autodenominada Iglesia Doméstico ha descubierto a su costa que, al romper su relación con la Santa Sede, ha perdido a su único protector contra los abusos del gobierno secular. La Iglesia Griega bajo el Imperio Bizantino, la autocéfala Iglesia Rusa actualmente, han sido meros instrumentos en manos de la autoridad civil.
Esta es la finalidad suprema que una sociedad puede tener; no es ciertamente una finalidad subordinada a la satisfacción temporal pretendida por el estado. Adicionalmente la Iglesia no depende del permiso del Estado para conquistar su fin. Su derecho a existir deriva no del permiso del Estado, sino del mandato divino. Su derecho a predicar el Evangelio, a llevar la batuta los sacramentos, a practicar jurisdicción sobre sus súbditos, no está condicionado a la autorización del gobierno civil. Ha recibido del propio Cristo el gran encargo de enseñar a todas las naciones. A la orden de los gobernantes civiles de que desistieran de predicar, los Apóstoles respondieron simplemente que debían obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch. 5,29). Cierta cantidad de capital temporales es, efectivamente, necesaria a la Iglesia para posibilitarle llevar a mango la tarea a ella confiada. El estado no puede con justicia prohibirle que reciba estos por las donaciones de los fieles. Aquellos cuyo deber es lograr un cierto fin tienen derecho a poseer los medios necesarios para llevar a mango su tarea.
El credo comunidad encuentra una explicación sistemática en el Catecismo de la Iglesia católica, aprobado en 1992 por Juan Pablo II y cuya versión definitiva fue promulgada en 1997.
En el cristianismo, la Iglesia es entendida como una comunidad espiritual que reúne a los fieles que profesan la misma doctrina, celebran los mismos sacramentos y siguen una estructura religiosa común.
Iglesia Anglicana: Fundada por Enrique VIII, rey de Inglaterra. Las principales diferencias con la Iglesia Católica pasan por el hecho de que las mujeres pueden ser sacerdotes y aún porque los homosexuales están habilitados a participar incluso ejerciendo el sacerdocio. Igualmente rechaza la autoridad papal.
Santidad: la Iglesia católica, a pesar de los pecados y faltas de cada unidad de sus miembros que aún peregrinan en la Tierra, es en sí misma santa pues santo es su fundador y santos son sus fines y objetivos. Asimismo, es santa mediante sus fieles, ya que ellos realizan una acción santificadora, especialmente aquellos que han alcanzado un stop cargo de virtud y han sido canonizados por la misma Iglesia.
Otro dogma sobresaliente en la Iglesia católica es la creencia en la presencia Existente de Nazareno en la Eucaristía, en que mediante el cambio que es llamado transubstanciación el pan y el morapio presentados en el Ara se convierten en el cuerpo y en la crimen de Cristo.[53]
Bautismo: Es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos.
Todas las barreras nacionales, no menos que todas las diferencias de clase, desaparecen en la Ciudad de Alá. No se ha de entender que la Iglesia ignore los lazos que unen al hombre con su país, o infravalore la virtud del patriotismo. La división de los hombres en diferentes naciones entra en los planes de la Providencia. A cada nación se le ha asignado una tarea peculiar a realizar en el crecimiento de los propósitos de Altísimo. Un hombre tiene deberes hacia su nación no menos que cerca de su grupo. El que descuida ese deber incumple una obligación casto primordial. Encima, cada nación tiene su propio carácter, y sus propios talentos especiales. Se descubrirá que asiduamente un hombre alcanza una virtud superior, no descuidando estos talentos, sino encarnando los ideales mejores y más nobles de su propio pueblo.
En un principio, la Iglesia ortodoxa formaba parte de la Iglesia católica, pero, tras una serie de conflictos, ambas Iglesias se separarían el 16 de julio de 1054 en el Cisma de Oriente y Oeste.
La teoría de M. Loisy respecto a la ordenamiento de la Iglesia ha atraído tanta atención en años recientes como para pedir una breve reseña. En su obra, “L’Evangile et l’Eglise”, acepta muchas de las opiniones sostenidas por críticos hostiles al catolicismo, y prostitución mediante una doctrina de desarrollo de reconciliarlos con alguna forma de adhesión a la Iglesia. Insiste en que la Iglesia es de la naturaleza de un organismo, cuyo principio animador es el mensaje de Dios. Este organismo puede sufrir muchos cambios de forma externa, conforme se desarrolla de acuerdo con sus evacuación internas, y con los requerimientos de su medio ambiente. Hasta Figuraí mientras estos cambios sean los demandados para que el principio imprescindible pueda preservarse, son de carácter no esencial.
Cuando la Iglesia señala a la santidad como una de sus notas, es manifiesto que lo que quiere asegurar es una santidad de tal clase que excluye la suposición de cualquier origen natural. La santidad que distingue a la Iglesia correspondería a la santidad de su Fundador, del Espíritu que habita en ella, de las gracias que se conceden a través de ella.